Seguramente alguna vez has sentido que tus oídos se tapan cuando viajas en avión, en coche o en tren. Esta sensación se llama barotraumatismo y se produce por un desequilibrio entre la presión del aire dentro y fuera del oído medio. A algunas personas le resultan muy molesto, pero a otra gente no tanto, e incluso disfrutan del gustirrinín que genera el ligero alivio del posterior «desentaponamiento», cuando de pronto notas que empiezas a oírlo todo más alto.
El oído medio es una cavidad llena de aire que contiene los huesecillos que transmiten el sonido al oído interno. Esta cavidad se comunica con la parte posterior de la nariz a través de un tubo llamado trompa de Eustaquio, cuya función es regular la presión del oído medio y permitir el paso del aire.
Cuando viajamos, la presión del aire cambia según la altura o la velocidad a la que nos movemos. Esto hace que la presión del oído medio sea diferente de la presión ambiental, lo que provoca una sensación de oídos tapados e incluso dolor. Esto ocurre especialmente durante el despegue y el aterrizaje de un avión, o al subir y bajar una montaña en carretera.
El barotraumatismo suele ser un problema pasajero que desaparece en unos días cuando la trompa de Eustaquio se desobstruye y la presión se equilibra.
Tener resfriado o congestión nasal también puede facilitar que ocurra.
Para prevenir y aliviar el barotraumatismo, existen algunos consejos que puedes aplicar cuando viajas:
- Bostezar o tragar saliva para activar los músculos que abren las trompas de Eustaquio.
- Usar tapones filtrados para los oídos que se venden en farmacias o tiendas de aeropuerto. Estos tapones ayudan a que la presión del tímpano se ajuste más lentamente al cambio de presión ambiental.
- Realizar la maniobra de Valsalva, que consiste en taparse la nariz y soplar suavemente con la boca cerrada. Esto crea una presión positiva en el oído medio que empuja el tímpano hacia afuera y facilita el equilibrio de presiones. Pero ten cuidado: si eres muy bestia, podrías causarte algún daño.
- No usar objetos como hisopos, algodón o cerillas para limpiar los oídos, ya que pueden dañar el tímpano o introducir bacterias.
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